El itinerario, situado junto a una antigua masía vitivinícola, Can Grau, rehabilitada como Escuela de Naturaleza, tiene una longitud de 525 metros y es circular. El firme del trazado se ha modificado para mejorar su transitabilidad. En uno de los laterales del recorrido se ha colocado una cuerda de seguimiento a un metro de altura, sujetada a palos de madera cada dos metros.
Está dirigido a personas con discapacidad visual pero también para ser realizado para personas sin problemas de visión para tener una percepción y comprensión más enriquecedora del espacio.
Facilidades y observaciones
En este recorrido se encuentran diferentes elementos interpretativos:
Un panel informativo ubicado al inicio del recorrido, donde se recoge la información general del itinerario en cuatro formas de comunicación para que cualquier usuario pueda tener acceso a ésta: texto, braille, tipografía en alto relieve y código de signos.
Elementos de apoyo táctil-visual: un conjunto de piezas diseñadas para la estimulación de los sentidos y que son una invitación a tocar, mirar, oler y escuchar. Para el oído se han diseñado unas trompas para que el visitante escuche en determinados puntos los sonidos amplificados que nos ofrece la naturaleza. Por el tacto y el olfato se han diseñado aros y guías de madera táctiles que invitan a tocar la piedra calcárea típica del Garraf, las hojas duras del palmito (especie emblemática de la zona), o bien a oler las hojas del romero o del tomillo, entre otros.
Datos comprobados sobre el terreno por técnicos en accesibilidad para la Agencia Catalana de Turisme.